viernes, 27 de agosto de 2010

Las Esencias Florales y los Terrores Nocturnos


Cada día se acercan más a la consulta madres muy preocupadas por las reiteradas “pesadillas” que sufren sus hijos. Sueños terroríficos que los hacen llorar, gritar, moverse violentamente en la cama dormidos.
Si se les despierta tardan unos instantes en reconocer a sus padres y la habitación donde se encuentran. Son los que necesitan dormir con una luz prendida, pues sienten muchos miedos a la oscuridad, a los fantasmas, a presencias inesperadas, animales feroces, reptiles venenosos, bioplasmas babosas espesas que los absorben. Algunos tienen enuresis (se hacen pipi).
Los niños son ansiosos por naturaleza. Pero hay factores preponderantes que aumentan con mayor responsabilidad la ansiedad.

  • La sociedad y su ritmo acelerado.
  • La televisión y el acceso a muchas imágenes e información sobre estimulando la mente.
  • La alimentación chatarra, con exceso de colorantes, excitantes
  • El estrés escolar. Las exigencias académicas ya desde la sala cuna.
  • El ambiente familiar. 
  • Padres muy nerviosos, poco tolerantes, coléricos, ansiosos que estallan ante el menor motivo.  
  • Padres excesivamente permisivos. Un niño que se le deja hacer todo lo que quiere es mucho más ansioso que otros.  
  • Padres excesivamente exigentes, rígidos, autoritarios, sobre protectores, impiden a los hijos expresar su creatividad, asfixiando su personalidad.
La noche se va acercando y con ella el encuentro con nosotros mismos, con nuestro propio silencio.  Nos replegamos en nuestro caparazón, ampliándose nuestros sentidos y volviéndonos vulnerables a nuestros temores, miedos e inseguridades. Y todo aquello  que nos impactó, que dolió, que nos superó que absorbimos durante el día y que a un adulto le cuesta integrar (con mayor razón  un niño que no sabe elaborar y que tiene menos recursos), aquello que era una pulga insignificante a la luz del día se convierte en un gigante de siete cabezas al entrar la noche.


 
Hay varias esencias florales que nos preemitirán corregir en breve plazo las muchas variedades de desequilibrios en relación al sueño peligroso, al sueño poco reparador.
Lo primero que hará un terapeuta floral es quitar los temores indeterminados del niño, fortaleciendo su valentía. Descontaminando su campo psíquico, armonizando su campo energético, y lo sellará creando un escudo protector. Las esencias florales nos despejan el mundo onírico (el mundo de los sueños) proporcionando a nuestros niños una mayor tranquilidad, salud, menor ansiedad y una mayor felicidad. 

Teresita Espinoza Woters
Escuela de Terapeutas Florales
Edward Bach Chile

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